Hábitos y alimentos en el deporte

"¿Es posible rematar mejor, si como mejor? ¿Puedo recuperarme más rápidamente si tomo ciertos alimentos? ¿Subiré mejor a la red con ciertos suplementos? ¿Es importante no estar estresado?".
Un estilo de vida poco recomendable - sedentarismo, dietas desordenadas, tabaco y alcohol - es causa frecuente de enfermedades y de malestar habitual. Ello está obviamente más lejos de todos aquellos que se consideran deportistas de hecho y de derecho. O simplemente gente sana.
Las comidas mal equilibradas aportan nutrientes en proporciones deficientes en unos casos, o exageradas en otros. Hipertensión, enfermedades coronarias, diabetes, alteraciones hepáticas, desórdenes intestinales, diversos tipos de cánceres, deficiencia de hierro, minerales y vitaminas, caries dental, desequilibrio nervioso... son enfermedades muchas veces dependientes de un aporte incorrecto de diversos nutrientes.
Si el cuidado de hábitos de vida debe ser casi una obligación, por las cargas que representa el deterioro para la familia y la sociedad, en la práctica de cualquier disciplina deportiva es vitalmente imprescindible.
El deporte exige una revisión total de hábitos y alimentación, más cuidadosos, incluso con la ayuda de algún suplemento lícito como son minerales, vitaminas o nutrientes específicos.
Cuanto más nos acercamos a la competición profesional, donde ya no solamente entran intereses personales sino colectivos, mayor cuidado hemos de mostrar por nosotros y nuestros compromisos.
La alimentación y el descanso en el deporte son la base de mantenimiento y desarrollo para cualquier tipo de disciplina. Y de nada sirve una buena técnica, si ésta no está soportada por un hábito consecuente de vida.
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